Haciendo investigación en prisión diferente desde epistemologías feministas: conocer y transformar los contextos de encierro

04 juin - 05 juin

Coordinators: Estibaliz de Miguel Calvo (Universidad del País Vasco), Jenny Cubells (Universidad Autónoma de Barcelona), Alicia Alonso Merino (Universidad de Buenos Aires)

Description of the meeting

El contexto anglosajón ha sido el más prolífico en la investigación de prisiones, constituyéndose en vanguardia de las reflexiones metodológicas y de la llamada “carceral ethnography”, introduciendo la perspectiva de género de manera generalizada. Son relevantes autoras como Ivonne Jewkes (coordinadora del monográfico “Doing prison research differently” en Qualitative Inquiry 2014), Alison Liebling, Mary Bosworth o Jennifer A. Schlosser. A estos debates se ha sumado el IISJ con el monográfico publicado en Oñati. Socio-legal studies “Critical Prison Studies, Carceral Ethnography, and Human Rights” (2018).

En el contexto vasco son abundantes las investigaciones llevadas a cabo en la cárcel con un enfoque feminista, sobre todo si tenemos en cuenta que hablamos de un pequeño territorio. Sin ánimo de exhaustividad, mencionamos el estudio de las problemáticas y consecuencias del encarcelamiento de mujeres encarceladas (Manzanos y Balmaseda, 2002), sus relaciones amorosas (De Miguel 2012), su agencia y las prácticas de resistencia (Ruiz Torrado 2017) o la práctica del deporte (Martinez, 2018), así como la experiencia de la detención policial de mujeres (Zuloaga, De Miguel y Ortubay 2017). Investigaciones que se unen al corpus de trabajos que ya van consolidándose en el Estado español, tal y como afirma la pionera Elisabet Almeda, y como se visibiliza en el monográfico “Mujeres, delitos y prisiones” de Papers. Revista de Sociología (2017), precedidas por compilaciones como “Mujeres y castigo” (2007) de la Colección Oñati (Ed. Dykinson).

En las últimas dos décadas han proliferado el intercambio y debate entre las investigadoras a través de redes como GEISPE-Género y Sistema Penal o SINREJAS de Investigación sobre Mujeres y Cárceles. Así, podemos afirmar que en el Estado español se ha generado un corpus de conocimiento sobre cárcel desde una perspectiva de género. A pesar de ello, las reflexiones epistemológicas y metodológicas sobre el proceso de investigación no se han puesto sobre el tapete. La mayor parte de las autoras mencionadas y otras más, sumando cerca de una treintena de asistentes, forman parte del elenco de participantes del workshop “Haciendo investigación en prisión diferente desde epistemologías feministas”.

La metodología feminista comprende un conjunto de enfoques que abordan el problema de producir conocimiento acerca de las relaciones de género (Ramaznoglu y Holland 2002). Los temas escogidos para la investigación reconocen el género y sus relaciones de poder, y que los métodos posibilitan no sólo una visión de la experiencia individual sino también colectivizar las experiencias en busca de un cambio social (Malloch 2000). Este planteamiento implica prestar atención a las cuestiones éticas que se presentan, un compromiso de investigar cómo investigamos (Ackerly y True 2010), atendiendo a las relaciones de poder y sus efectos. Concretamente, el compromiso ético feminista se centra en los límites disciplinarios existentes en las categorías sociales como el género, la clase y la raza. Se centra, por otra parte, en las diversas relaciones que se generan en el proceso de investigación (investigadora-participante, en el equipo investigador, el contexto de investigación donde se producen las interacciones, etc.). Y, finalmente, atiende a la posición de las investigadoras, una posición que quiere ser reflexiva sobre sí mismas y su posición sociopolítica en el proceso de investigación. La metodología feminista se ubica así entre las corrientes críticas con el positivismo de las ciencias, acentuando la importancia de la posición de quien investiga, lo cual genera siempre un conocimiento situado, tal y como afirma Donna Haraway.

La subjetividad y las emociones en el quehacer investigador son elementos cruciales para las metodologías feministas. La subjetividad como un recurso en la investigación y el valor de la intersubjetividad que se produce en el encuentro entre investigadoras e informantes. Así, el campo de trabajo se entiende como un proceso dialógico donde la situación investigada es estructurada tanto por la investigadora como por las participantes (England, 2004). Por su parte, las emociones juegan un papel crucial como recurso intelectual (Jewkes 2011), posibilitando el acceso al conocimiento, en palabras de Jaggar.

La incorporación de activistas e investigadoras sobre el tema provenientes de países del Sur introduce un nuevo debate. Ellas aportan nuevas metodologías de trabajo surgida de los estudios sobre género y decolonialidad (Segato, Espinosa, Curiel), así como referentes en las investigaciones de la criminología feminista que se hace en el continente Sur y Centroamericano (del Olmo, Antony, Azaola). Los contextos nacionales hacen que las metodologías tengan una especificidad propia. En Chile, por ejemplo, sólo en los últimos años se ha empezado a hablar de perspectiva de género en la ejecución de la pena. Las nuevas iniciativas que se están realizando sobre incorporación del enfoque de género entre los distintos operadores jurídicos (defensoría, fiscalía, poder judicial) son pioneras por lo novedoso de este enfoque y ha sido impulsado por las diferentes movilizaciones feministas que han cobrado fuerza año tras año, junto a un un incremento considerable de investigaciones sobre el tema que nos reúne en este workshop.

En cuanto a los aportes metodológicos en las prácticas artísticas-pedagógicas en contextos de encierro, traemos desde Chile la experiencia de la Colectiva Retazas, que resignifican la práctica textil del bordado para recuperar las prácticas subversivas de las mujeres en la dictadura a través de las arpilleras y la metodología del teatro-foro en la investigación de mujeres presas en Cataluña, entre otras. En el primer caso, se transforma el bordado que las mujeres realizan como un oficio relegado al contexto doméstico, donde su práctica se ha desarrollado históricamente en la intimidad de los hogares para servir a otros, para coser corbatas, sábanas y uniformes escolar en expresión de sus deseos relacionados al anhelo de cielos y tierras salvajes, lejos del aislamiento y la soledad. Los resultados de este proceso, las arpilleras, manifiestan la resistencia a la devastación personal y social y son el fruto de la sororidad y el amor de compañeras.

Marisa Belausteguigoitia ofrecerá una de las ponencia-marco presentando el proyecto Mujeres en Espiral Sistema de justicia, perspectiva de género y pedagogías en resistencia. Tendremos el lujo de contar con esta reputada académica con el fin de dar marco los retos que se plantean en este workshop, articulando diversos niveles de conocimiento y praxis: la articulación de la investigación con la transformación, la vinculación de la academia con las urgencias sociales, así como el trabajo conjunto de académicas y militantes. Doctora en Estudios Étnicos y de Género por la UCLA-Berkeley, directora del Programa Universitario de Estudios de Género (2004-2013), su trabajo analiza las relaciones entre género, raza, sexualidad y cultura en Latinoamérica, identificando procesos de acceso a la justicia. Distinguida con la Medalla Omecíhuat por el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal (2010); con el premio Margherita von Brentano de la Freie Universität Berlin y cátedra Andrés Bello de la UNY (2019).

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